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La provincia de Las Palmas vivió ayer la primera alerta amarilla por altas temperaturas de este verano. En Medianías y en el interior los termómetros sobrepasaron los 34 grados. La calima ayudó a aliviar el bochorno. En la costa el calor se mantuvo a raya. La Aemet prevé un descenso moderado de las temperaturas a partir de hoy.
La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) decretó la alerta amarilla durante toda la jornada de ayer en Lanzarote y Fuerteventura y en las vertientes sur, este y oeste de Gran Canaria. En la zona de medianías de la isla redonda los termómetros llegaron a sobrepasar los bochornosos 34 grados centígrados en el resto la calima evitó el sofoco. Las Palmas registró ayer la primera jornada calurosa del verano debido al viento de componente sureste. «Las rachas de carácter moderado han traído una masa de aire caliente que se irá disipando a lo largo de la noche», afirmó Jesús Agüera, jefe del servicio de predicción de la Aemet en Canarias.

La jornada fue especialmente bochornosa en los municipios localizados por encima de los 500 metros de altitud y en la cumbre de Gran Canaria. En Lanzarote, el calor se dejó notar con intensidad en el centro y la zona sur, en los núcleos de Yaiza y Playa Blanca y en las zonas altas. La ligera calima reinante en prácticamente toda la isla aumentó en parte la sensación de calor, sobre todo en Arrecife, donde los termómetros marcaron las temperaturas más elevadas. En Guacimeta se registraron temperaturas superiores a los 31 grados a media tarde.

En cuanto a Fuerteventura la calima reinante aumentó la sensación de bochorno aunque no disparó los termómetros como se esperaba. El calor se dejó sentir especialmente en la península de Jandía. En el interior el protagonista fue el viento racheado del sureste.